Mi diario

  Lo único que no tuvimos el placer de atravesar juntos desde que nos conocimos, fue nuestra ruptura. Bueno, en parte.  Desde ese 17 de julio ya hoy completamente lejano, las cosas siguen teniendo una tendencia a ser como eran. Por un lado hello kitty! Mentira, chiste. Por un lado, tu idea sigue siendo la misma, o sl menos eso es lo que interpreto. Desde esa vez, lo que catalogaste como desenamorarte fue el hecho de sentir algo por alguien más y hoy, todavía es esa la brecha que nos separa de tener algo.  Eso es lo que en mi cabeza hace lógica, porque la parte ilógica es que actuemos como lo hacen las parejas, con todas las costumbres que teníamos de antes. Nuestros besos, nuestras risas, nuestras series.  Claro, siempre aparece esa imágen turbia sobre lo que pasó y sigue pasando en el fondo de toda ls situación. Pero lo otro se conserva intacto, nuestro amor quiero decir.  Nuestros proyectos ahí siguen, guardados en un cajón protegiéndose del polvo. Esos viajes...

  En oscuras noches de un silencio lleno de dolor, te abrazaba tan fuerte como la debilidad de tu cuerpo me lo permitiese.   Todavía tengo recuerdos de no poder dormir mientras miraba el techo de aquella habitación, buscando la fuerza que había ya perdido. Otras veces le hablaba a mi mamá solo para distraerme un rato hasta quedar completamente cansado.  Intentando descifrar cómo devolverte la luz de tus ojos, investigaba en mi cabeza la fórmula para hacerte feliz una vez más.   Me atribuía pequeñas victorias pero los fracasos me mortificaban el doble. Nunca lograba cumplir con mis propias expectativas, fui quizás en su momento demasiado pretencioso al pensar que mi mera existencia era suficiente como para que te recuperes.   En nuestro cumplemes me hiciste un regalo, una cajita con algunas oreos y un par de cosas que en el fondo te aterraban comer.   Yo confundido, con miedo, pero pensaba que el hecho de que pudieras comerlo, era mejoría...

  El calendario indica que pasaron casi cuatro meses ya, pero todavía cada tanto cuando estoy usando la computadora siento que del otro lado de la pared está nuestra habitación y estás a solo unas palabras en voz alta de distancia.  La cantidad de noches que tuviste que dormir con otras personas, que dormiste sola, que dormiste abrazando a pepe o a diridis. En cada una de esas noches te prometo que estuve pensando en vos y no dormiste sola, en cada noche te di tu besito en frente y te arropé, quizás desde otro cuerpo, pero lo hice, siempre estuve ahí de una o de otra manera.  Si algún día nos volvémos a amar te prometo que voy a intentar compensar todo este tiempo de distancia, prometo dar lo mejor de mí.  En tres días, hace un año, comenzaba la cuenta regresiva para nuestro viaje. Todavía me acuerdo la presión que sentí por conseguir dinero y cómo empecé a vender todo lo que podía con tal de poder cambiar a un par de euros. Adiós la bicicleta y un par de cosas más. ...

  En mi día paso por muchas etapas diferentes de pensamientos sobre vos, mi fiel lectora.  Lejos de atribuirme diagnósticos que no me corresponden, siento por momentos, padecer alguna especie de trastorno de personalidad; pero como dije, no quiero diagnósticos.  Antes de que retomemos el tema central, me gustaría aclarar el porqué de cómo actúe hace ya un día y horas.   Durante este último período en el que conectamos, sentí de tu parte algo que no sentía hace mucho. Quizás fue por esos mimos mientras nos tomábamos de la mano o porque me permitiste volver a ser caballero al bajar del colectivo, algo que no me permitiste en ocasiones anterior pese a haberlo intentado. También puede ser porque esta vez compartimos una conexión más profunda, similar a la que teníamos antes y puede que en eso, hayas sentido algo de amor verdadero de mi parte.  Te estarás preguntando cómo eso llevó a que actúe como lo hice, bueno... por empezar, todo eso me hizo sentir que las c...