El calendario indica que pasaron casi cuatro meses ya, pero todavía cada tanto cuando estoy usando la computadora siento que del otro lado de la pared está nuestra habitación y estás a solo unas palabras en voz alta de distancia.

 La cantidad de noches que tuviste que dormir con otras personas, que dormiste sola, que dormiste abrazando a pepe o a diridis. En cada una de esas noches te prometo que estuve pensando en vos y no dormiste sola, en cada noche te di tu besito en frente y te arropé, quizás desde otro cuerpo, pero lo hice, siempre estuve ahí de una o de otra manera.

 Si algún día nos volvémos a amar te prometo que voy a intentar compensar todo este tiempo de distancia, prometo dar lo mejor de mí.

 En tres días, hace un año, comenzaba la cuenta regresiva para nuestro viaje. Todavía me acuerdo la presión que sentí por conseguir dinero y cómo empecé a vender todo lo que podía con tal de poder cambiar a un par de euros. Adiós la bicicleta y un par de cosas más. En ese departamento tan lleno de vida y de colores por aquel entonces, tan nuestro, tan hermoso con cierta pizca de inocencia sobre nuestro futuro.

 Quién diría que esa pareja que poco a poco iba reinando el mundo, unos meses después, se dividiría y tendría que dejar atrás todo eso vivido. 

 Ya perdí la cuenta de los días, de las noches. Nada es más que recuerdos mezclados con las pisadas de mi rutina. Esperando tu mensaje a cada minuto, a cada segundo, viendo si en alguno de esos segundos el reloj se tuerce a mi favor y me da un rato más con vos.

 Necesito que volvamos a ser solo vos y yo en este mundo, como lo fuimos durante tanto tiempo. Necesito de nuevo que seas el norte de mi, ahora rota, brújula.

 Mi sonrisa apagada y mi voz que canta al aire con la esperanza de que llegue a tu oído esas canciones que tanto te gustaban escuchar. 

 No paro de pensarte, no paro de añorarte, no puedo dejar de imaginarnos en ese futuro de fantasía que tanto construimos en nuestras cabezas. 

ok escucha la guía y explicame dale