A partir de hoy voy a intentar perder las ilusiones de nuevo, ya van casi diez días desde que me volviste a dejar de buscar. No estás enamorada de mí, no me amás, porque de hacerlo las cosas no serían así.
Si me amases estarías dispuesta a estar a mi lado, a luchar por lo nuestro. Si me amases me buscarías, te inquietaría mi ausencia, revisarías los recuerdos nuestros de vez en cuando y no dejarías que mi almohada tenga un nuevo dueño.
Fue todo un oasis, una cáscara que debajo no tenía nada.
Ahora me atormentan los nuevos recuerdos que generamos. La salida al teatro, las caminatas, ese paseo por el lugar donde salimos aquel veintitrés de enero, la vez que te asomaste por la esquina y yo cruce corriendo estallando de felicidad.
Ahora tengo que borrar todo eso, quitarle el valor que le asigné. Darme cuenta de que para vos no fue nada, solo una confusión.
Todavía me acuerdo cuando pensábamos en casarnos al poco tiempo de empezar nuestra relación, qué sería de nosotros hoy si hubiéramos hecho eso. Cómo me hubiese gustado tratarte de "mi señora" o de "mi mujer", cuánto nos quedó por hacer.
Quisiera haber tenido el coraje de arrodillarme esa noche, pero escuché que venía gente por el pasillo y me acobardé.
Solo fui una confusión y una decisión incorrecta |
Comentarios
Publicar un comentario