Quisiera que esta sea mi última entrada, quisiera perder las ganas de escribir, las ganas de amarte.
Quisiera verte a los ojos mientras me decís que ya no me querés más en tu vida y que la decisión que tomaste es la correcta.
Quisiera entender tu razonamiento, tu manera de ver el cielo y tu manera de sentir la soledad en la noches. De verdad me gustaría saber que ya no me querés a tu lado, que todo esto que siento no es reciproco y mis despertares en la madrugada no significan que nos estamos pensando en hablar.
Quisiera saber qué hiciste con el anillo, si te lo pusiste o si una vez al día le das una mirada.
Ojalá pudiera saber si también seguís pensándome en el futuro como yo lo hago con vos, con nuestros obstáculos superados, juntos. Con Diridis ya más grande, un par de viajes hechos en el medio y la idea de intentar tener a Dulce revoloteando por ahí.
Ojalá pudiera estar orgulloso de seguir luchando por lo nuestro después de tanto tiempo, pero a veces aparecés y me hacés sentir que no tengo que hacerlo más; aunque a veces aparecés y me das esperanzas.
Ojalá y quisiera poder ver el futuro, ojalá y quisiera que este sea el último día sufriendo por lo que no es.
Ojalá y quisiera me llegué ese mensaje a las veintiún horas que me haga sonreír e ir hasta nuestro/tu departamento.
Ojalá escuchar vídeos de gente caminando en París no fuese doloroso y si un incentivo a algún día hacerlo con vos.
Quedé enamorado de tus ojos, de tu sonrisa, de tu manera de iluminar mi camino y de nuestras tonterías.
Quedé enamorado de tu amor que siempre me abrazaba como una cálida manta en invierno, de cómo portaba tu bandera como lo más importante de mi vida y siempre encontraba algún momento para comentar lo felices que éramos.
Sos lo más valioso que alguna vez tuve |
Comentarios
Publicar un comentario