Final

Te dejé dos buzos, una taza, mi set de limpieza de dientes que compré para darme uno de mis primeros gustos desde hace mucho tiempo y el anillo con mis iniciales.

De nuevo en la pieza, llorando por haberme forzado a despedirme. Esta vez queriendo que sea definitivo.

Lucho constantemente entre la realidad y los sueños, es tan delgada la línea. Siento que ambos hemos logrado cosas imposibles estando juntos, pero estábamos juntos y ahora no. 

Mi ropa sigue en la valija porque pensé que nos íbamos a arreglar como lo hicimos tantas veces, pero esta vez no pudimos.

Te prometo que en este momento solo me gustaría volver por una noche a cuando te morías por hablarme, por contarme tus cosas y por decirme todas las cosas que querías que logremos en un futuro.

Pero hoy no es ayer, y tengo que tener en mente eso para no estar mal mañana. Porque yo sí te sigo amando y en mi cabeza sigue dando vueltas esa idea, que vaya a saber Dios porqué me dijiste, sobre ir a París en fiestas.

Basta de pensar en imposibles, nunca podríamos casarnos porque no me amas. 

Nunca podríamos casarnos porque ayer lo primero que ví al entrar en nuestra habitación fue el plástico de un gorro y eso tiene que significar algo para mí.

Nunca podríamos casarnos porque hoy me dijiste que tus ojos brillan por alguien más, por alguien especial de verdad y no por alguien que te hizo llorar a los minutos de empezar una cita.

¿Por qué nos dieron tanta responsabilidad siendo tan jóvenes y tan inexperimentados? ¿Por qué la vida fue lo suficientemente buena como para demostrarnos lo que significa el amor, pero no para que perdure? 

Supongo que todo va a quedar enterrado en el olvido: nuestras tonterías, nuestras canciones, nuestro lugar de comida, nuestras fotos, nuestra manera de ser entre nosotros...

Mi princesa, solo me arrepiento de una cosa durante nuestra relación y fue lo de agosto. Por el resto puedo decir que siempre hice todo para demostrarte mi amor y que genuinamente hice lo mejor que pude. Tuve mis fallos humanos como haberle hablado a Guillermina en aquel diciembre cuando peleamos, el ignorar las intenciones reales de Martín y haber actuado agresivamente varias veces. Admito también haber podido dar mucho más en el momento que lo necesitaste con respecto a las cuestiones económicas. Descuidé mi presencia en tu familia, que en realidad fue en picado desde lo que pasó aquella vez con Bruno, pero no tengo porqué excusarme.

Puede que alguna que otra vez escriba en el blog pero solo como catarsis o quizás, ojalá, para dejar algún registro de mi progreso personal.

Llevo más de un mes escribiendo, y así como los días, hubo mejores y peores textos.

No tomo nada como un punto final porque en la vida solo sucede eso cuando la vida se acaba. Esta noche tanto vos como yo estamos alejados por completo de eso que antes se sentía posible, pero quizás en un futuro los caminos se vuelvan a cruzar.

Juntos atravesamos miseria y gloria, llegamos a lugares que hace cuatro años no creíamos posibles, superamos pandemia y toda la mala racha que conllevó. De ahí en adelante superamos todas nuestras crisis, formamos un imperio que nos hizo tangible gran parte de las cosas con las que hoy las personas sueñan. Tocamos el cielo con las manos.

Me regalaste lo más preciado y fue el sentir que mi mera existencia hacía feliz a alguien. Que alguien era feliz porque yo existía sin importar mis defectos. Espero haberte podido hacer sentir una mínima parte de eso.

Te lleva por siempre en su corazón: tu principe enrulado a caballo, tu dear daniel, tu caballero, tu superheroe, tu amorcito, tu cuchipuqui, tu polloloco, tu ratoncito, tu clicli, tu amorde tu vida, tu "ay mi amor, ay mi vida", tu dibu. 

Nunca olvidaría el ezreal, nunca olvidaría nuestra caja de recuerdos del París 


Que tengas un bonito viaje y disfrutes

Y colorín colorado...



Comentarios

Entradas populares de este blog